Sin lugar a dudas, uno de los mayores males que afecta a las sociedades modernas es el Cortoplacismo. El Cortoplacismo es la inclinación que tienen muchas personas a querer obtener resultados, generalmente relacionados con el dinero, por la vía rápida y fácil, dejando de lado todo esfuerzo o planificación. El logro de objetivos a través de una visión de largo plazo ha ido perdiendo trascendencia en los últimos tiempos deviniendo en un mundo globalizado cada vez más inhumano, consumista y material.
El Cortoplacismo es el enemigo de la Competitividad. La Innovación, el Desarrollo, la Investigación, la Estrategia, la Gestión del talento y el Capital Humano deberían formar parte de la plataforma de toda entidad orientada en lograr ventajas perdurables y marcar un posicionamiento sólido y estable.
En este sentido, la crisis financiera del 2008 fue consecuencia de una visión cortoplacista y sesgada, donde se dio prioridad a los intereses particulares sobre el bien común. La tendencia de las grandes corporaciones financieras de hoy es el deseo de lucro obstinado por encima del desarrollo socio económico de los individuos y los países.
Lamentablemente, el Cortoplacismo está presente en todas las acciones del Ser Humano.
Por ello existen alumnos que estudian sólo por la nota dejando a un lado el placer del conocimiento obtenido. Por eso es que existen equipos mediocres que actúan para obtener compensaciones y no para escalar posiciones y dar lo mejor de sí. Por eso es que existen propuestas políticas huecas, donde priman los intereses particulares reñidas con el desarrollo. Y por eso fue que se diseñaron y vendieron productos financieros tóxicos, que estaban fundamentados en jugosas rentas inmediatistas pero condenados al fracaso en el largo plazo.
Con una tendencia cortoplacista es difícil mirar hacia el horizonte y diseñar un proyecto de Nación, donde la conservación del medio ambiente, su capacidad generativa y la integración de los sectores marginados al aparato productivo, han perdido la relevancia vital que realmente tienen.
La crisis griega es el mejor ejemplo del cortoplacismo imperante. Por muchos años, sus gobernantes indujeron a sus ciudadanos a vivir por encima de sus posibilidades creando un falso estado de bienestar orquestado a través del endeudamiento improductivo. No hubo planificación para edificar objetivos como nación, peor aún, falsificaron sus indicadores financieros para poder entrar a la Eurozona. Hoy en día como sabemos, están pagando muy caro su error.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001, escribió en su obra Caída Libre, El libre mercado y el hundimiento de la Economía Mundial: “Los problemas de muchos sectores de la economía estadounidense, incluido el sector financiero, se explican en parte por un excesivo cortoplacismo (que es una característica del capitalismo gerencial).
El éxito a largo plazo exige pensar a largo plazo (una visión), pero hoy hemos estructurado los mercados de una forma que favorece lo contrario, y hemos desincentivado al gobierno para que colme esa brecha.”
Por otro lado, uno de los hombres de negocios más visionarios que existen, Warren Buffet, fundamenta su éxito (y su enorme fortuna) en invertir en aquellas empresas que tienen una ventaja competitiva a largo plazo. Negocios que se han hecho tan grandes, que sus productos están insertados en la mente del consumidor, y esto sólo se logra con una visión a largo plazo y mucho trabajo. Para muestra, varios botones: Coca Cola, Hershey, Procter & Gamble, Kraft, Wal-Mart y American Express.
El Mundo de Hoy requiere de hombres y mujeres con talento e ideas novedosas, que rompan las fronteras del cortoplacismo. Por esta razón un estudiante deja sus estudios para irse a laborar a un trabajo injusto, por cortoplacismo somos víctimas de fraudes financieros, por cortoplacismo se aprueban leyes, reformas y presupuestos al vapor y por cortoplacismo no salimos del remolino de la pobreza material, pero también de la pobreza mental.
El Cortoplacismo es el enemigo de la Competitividad. La Innovación, el Desarrollo, la Investigación, la Estrategia, la Gestión del talento y el Capital Humano deberían formar parte de la plataforma de toda entidad orientada en lograr ventajas perdurables y marcar un posicionamiento sólido y estable.
En este sentido, la crisis financiera del 2008 fue consecuencia de una visión cortoplacista y sesgada, donde se dio prioridad a los intereses particulares sobre el bien común. La tendencia de las grandes corporaciones financieras de hoy es el deseo de lucro obstinado por encima del desarrollo socio económico de los individuos y los países.
Lamentablemente, el Cortoplacismo está presente en todas las acciones del Ser Humano.
Por ello existen alumnos que estudian sólo por la nota dejando a un lado el placer del conocimiento obtenido. Por eso es que existen equipos mediocres que actúan para obtener compensaciones y no para escalar posiciones y dar lo mejor de sí. Por eso es que existen propuestas políticas huecas, donde priman los intereses particulares reñidas con el desarrollo. Y por eso fue que se diseñaron y vendieron productos financieros tóxicos, que estaban fundamentados en jugosas rentas inmediatistas pero condenados al fracaso en el largo plazo.
Con una tendencia cortoplacista es difícil mirar hacia el horizonte y diseñar un proyecto de Nación, donde la conservación del medio ambiente, su capacidad generativa y la integración de los sectores marginados al aparato productivo, han perdido la relevancia vital que realmente tienen.
La crisis griega es el mejor ejemplo del cortoplacismo imperante. Por muchos años, sus gobernantes indujeron a sus ciudadanos a vivir por encima de sus posibilidades creando un falso estado de bienestar orquestado a través del endeudamiento improductivo. No hubo planificación para edificar objetivos como nación, peor aún, falsificaron sus indicadores financieros para poder entrar a la Eurozona. Hoy en día como sabemos, están pagando muy caro su error.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001, escribió en su obra Caída Libre, El libre mercado y el hundimiento de la Economía Mundial: “Los problemas de muchos sectores de la economía estadounidense, incluido el sector financiero, se explican en parte por un excesivo cortoplacismo (que es una característica del capitalismo gerencial).
El éxito a largo plazo exige pensar a largo plazo (una visión), pero hoy hemos estructurado los mercados de una forma que favorece lo contrario, y hemos desincentivado al gobierno para que colme esa brecha.”
Por otro lado, uno de los hombres de negocios más visionarios que existen, Warren Buffet, fundamenta su éxito (y su enorme fortuna) en invertir en aquellas empresas que tienen una ventaja competitiva a largo plazo. Negocios que se han hecho tan grandes, que sus productos están insertados en la mente del consumidor, y esto sólo se logra con una visión a largo plazo y mucho trabajo. Para muestra, varios botones: Coca Cola, Hershey, Procter & Gamble, Kraft, Wal-Mart y American Express.
El Mundo de Hoy requiere de hombres y mujeres con talento e ideas novedosas, que rompan las fronteras del cortoplacismo. Por esta razón un estudiante deja sus estudios para irse a laborar a un trabajo injusto, por cortoplacismo somos víctimas de fraudes financieros, por cortoplacismo se aprueban leyes, reformas y presupuestos al vapor y por cortoplacismo no salimos del remolino de la pobreza material, pero también de la pobreza mental.